Entendiendo la Clave Emocional en terapia

Ejemplo de cómo es posible lograr un cambio emocional profundo a través de soluciones terapéuticas en clave emocional

Una de las diferencias entre la Clave Emocional en terapia familiar y de pareja y los otros modelos o enfoques terapéuticos es que, precisamente, no es un enfoque o modelo sino una comprensión de los principios que subyacen al cambio emocional en distintos niveles de profundidad. Por tanto, es compatible con cualquier escuela, técnica o modelo terapéutico: les añade profundidad y potencia. Como decía Bruce Lee: "Cuando aprendes una técnica, dominas una técnica. Cuando aprendes un principio, dominas cien técnicas".  Esta viñeta terapéutica es un ejemplo de cómo hacer terapia centrada en soluciones en clave emocional. Un paciente de alrededor de 30 años al que llamaremos Marco acude en busca de ayuda para su adicción. Desde los 18 ha consumido diversas sustancias, en especial cocaína y cristal, primero ocasionalmente y luego con regularidad. Una experiencia reciente, en la que estuvo vagando presa de la paranoia inducida por la sustancia para terminar perdiendo a su querido perrito, su mascota de años, en una pelea y durmiendo en la cárcel, le movió a abandonar el consumo. Ha estado "limpio" desde entonces, pero teme recaer y viene a terapia para evitarlo.  Uno de los modelos más eficaces para trabajar con adicciones es la Terapia Centrada en Soluciones de Steve de Shazer e Insoo Kim Berg; y es eficaz porque se orienta a potenciar los recursos ya existentes en vez de subsanar las (supuestas) carencias. Esto no significa ignorar la patología o desorden subyacente (aunque algunos practicantes de este modelo, equivocadamente, lo hagan) sino abordarlos desde las capacidades y hacia el cambio. Sabemos, además, que debajo de toda adicción hay una historia de sufrimiento emocional no reconocido; de hecho, la adicción es una forma, a la postre autodestructiva, de manejar este dolor. (Como dice Cancrini: detrás de un adicto hay un niño o un adolescente herido).  Así, en la primera sesión emerge ya la herida emocional de Marco: como es común en una cultura sexista, un padre violento, autoritario y distante. El supervisor, fiel al modelo centrado en soluciones, no profundiza en ella, pero toma nota para futura referencia. En la segunda sesión Marco menciona de pasada que va a acompañar a su sobrino a buscar trabajo; el supervisor, habiendo detectado un cambio en la experiencia emocional de Marco (que le recuerda al momento en que hablara con ternura de su perrito), le pide que hable de su relación con sus sobrinos, y Marco comenta con alegría que son muy importantes para él. La devolución de la segunda sesión sigue la receta centrada en soluciones: elogio + reformulación + tarea para casa. El supervisor empieza elogiando la capacidad de Marco de cuidar y apoyar a sus familiares, en especial a su sobrino, para ofrecer a continuación una reformulación de la adicción: "A lo mejor, irónicamente, la adicción no sea tu enemiga: a lo mejor es el camino que has tenido que seguir para aprender a valorar lo que realmente es importante para ti".  Hasta aquí, clásica terapia centrada en soluciones. Pero acto seguido, recordando el cambio experiencial de Marco al hablar de su perrito y de sus sobrinos y la herida emocional derivada de la falta de reconocimiento y afecto por parte de su padre, y contando con un mapa de las emociones y necesidades relacionales humanas, el supervisor brinda una clave emocional a su tarea de cierre: "Vas a acompañar a tu sobrino a buscar trabajo, ¿verdad? Pues bien: quiero que, sin importar si lo consigue o no, luego de eso vayan a comer algo, simplemente por celebrar que está buscando y que tú le puedes apoyar". "Nunca hemos hecho eso", tercia Marco conmovido, a lo que el supervisor responde: "Pues con más razón debes hacerlo, porque no solo es bueno para él: también para ti. Porque al apoyarlo y cuidarlo, si te abres a esa experiencia positiva, puedes también curar tus propias heridas. Disfrútalo: deja que esto te sane por dentro". Marco, con los ojos llenos de lágrimas, asiente y sonríe; el supervisor se despide con un apretón de manos, consciente de que ha inducido un cambio emocional, profundo y duradero, que el resto de la terapia puede afianzar y desplegar. Esto es trabajar en Clave Emocional. Dr. Esteban Laso

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