El ciclo de la violencia en la pareja

En este artículo me gustaría hablar de la violencia hacia la mujer dentro de las relaciones de pareja, de cómo funciona una relación de maltrato y de porque es tan difícil huir de ella.

Lamentablemente, todos conocemos alguna mujer que ha sufrido violencia de género, ya sea en el extremo del maltrato físico o de una manera más sutil (descalificaciones, discriminaciones, acoso verbal, control…). Y seguramente  os habéis preguntado alguna vez cómo una mujer puede llegar a esta situación, a tolerarla, a justificar a su agresor y porque no “hace nada” para salir de ella. En primer lugar, me gustaría clarificar que la violencia de género es aquella que sufren las mujeres por el hecho de ser mujeres, no solamente en el ámbito de la pareja sino también en el trabajo, en las relaciones con sus iguales, con sus hermanos, en la escuela, en la calle… Sin embargo, en este artículo me gustaría hablar de la violencia hacia la mujer dentro de las relaciones de pareja, de cómo funciona una relación de maltrato y de porqué es tan difícil huir de ella.  - La situación de maltrato en la pareja no se da de forma repentina y aislada sino que es un proceso que se va desarrollando a lo largo del tiempo. - Cuando una mujer sufre maltrato en su relación, ésta se vuelve cada vez más vulnerable, perdiendo con ello su capacidad de autodefensa. En 1979, Leonor Walker, psicóloga estadounidense, desarrolló la teoría del ciclo de la violencia, en la que describe las dinámicas de relación violenta en la pareja. Lo describe como un  proceso que tiene tres fases que se van sucediendo la una a la otra, es decir, es una secuencia repetitiva, por lo que hace especialmente complicado romper el ciclo.   1.    Fase de acumulación de tensión -       Esta etapa puede tener una duración indeterminada, desde días, semanas, meses o años. -       Ocurren incidentes menores como gritos o pequeñas peleas. Se acumula la tensión y aumenta la violencia verbal. -       La víctima interpreta estos incidentes que se producen en la primera fase como casos aislados que puede controlar, que no se volverán a repetir o que simplemente desaparecerán. -       De esta forma, trata de calmar al agresor, se niega a sí misma que lo que está ocurriendo es una situación intolerable, busca excusas para justificarle, tiende a echar la culpa a otros factores ("ha tenido un mal día", "estaba borracho"). -       La víctima tiende a culpabilizarse, trata de "complacer" al agresor que tiene cada vez una actitud más celosa, está más irritado y se enfada por cosas más insignificantes. 2.    Fase de explosión -       Se producen de forma ya visible los malos tratos, tanto psicológicos, como físicos y/o sexuales. -       Ya en esta fase se producen estados de ansiedad y temor en la mujer, que suelen conducirla a consultara alguna amiga, a pedir ayuda o a tomar la decisión de denunciar a su agresor. -       Es la etapa más breve del episodio de la violencia. 3.    Luna de miel -       Es la fase del arrepentimiento y la reconciliación. -       Tras los episodios violentos, el maltratador suele pedir perdón, mostrarse amable y cariñoso y arrepentido. -       El agresor puede llegar a hacer creer a la víctima que la violencia se ha producido como consecuencia de una actitud de ella, que ella la ha provocado, haciendo incluso que ésta llegue a creerlo. Con estas manipulaciones el maltratador conseguirá hacer creer a su pareja que “no ha sido para tanto”, que “sólo ha sido una pelea de nada”, estará amable, la complacerá, le dará regalos… -       El deseo de la mujer de que su pareja cambie, hace que confíe en sus palabras y sus “muestras de amor”, en su “arrepentimiento”, creyendo que ella podrá ayudarle a cambiar. -       Esta es solo una fase más del ciclo, volviéndose a iniciar después de ésta la fase de acumulación de tensión. La frustración al ver que sus esfuerzos no obtienen las consecuencias que espera, y el volver a caer en la situación de maltrato después de las reconciliaciones,  provoca en las mujeres la percepción de ser incapaces por ellas mismas de resolver la situación que se atraviesa, llevando este sentimiento de indefensión a una pérdida de autoestima, ansiedad, depresión, insomnio, impotencia, a permanecer aislada por vergüenza, por miedo a que no la comprendan, para no sentirse juzgada... Desde el equipo de CEPFAMI queremos recordaros siempre hay salida a las situaciones de maltrato y que debemos ser conscientes de nuestras dinámicas de relación en la pareja para conseguir romper este ciclo de violencia, y fomentar unas relaciones afectivas sanas en las que las mujeres y hombres respeten su autonomía, se perciban con los mismos derechos y asuman sus responsabilidades. Sara Doval

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